En 1963, a Stephen Papell le dio por mezclar queroseno, magnetita en polvo y ácido oleico y moler la solución durante 10 meses para obtener nanopartículas. De esta manera, logró sintetizar por primera vez un ferrofluido.
Los ferrofluidos son líquidos que no se encuentran en la naturaleza y su principal característica es que se polarizan en presencia de un campo magnético.
Aunque pueda parecer que este artículo va a tratar de rigurosa ciencia, lo cierto es que mi intención es la de poneros los dientes largos, ya que hoy os traigo un reloj fabricado con un ferrofluido y de ahí la primera explicación.
Ferrolic, pues así se llama este invento diseñado por Zelf Koelman, es un gadget que debería de estar encima de la mesilla de cualquier friki y aquí tenéis el vídeo que lo demuestra.
Llegados a este punto, es de suponer que estaréis deseando hacer un click para compraros uno, y creo que os debo de proporcionar unos datos para que os terminéis de decidir:
- Dado que se trata de un prototipo, la reserva se debe realizar rellenando un formulario en su página web.
- El precio de este reloj es de 7500€ (impuestos no incluidos).
- Admite ciertas personalizaciones en el acabado, que van desde los 150€ hasta los 500€, aunque hay que destacar que para saber el precio de algunas de ellas hay que ponerse en contacto con el fabricante.
Y dicho todo esto, ¿aun no os habéis decidido a compraros uno? 😉
Vía: Xataka