Nos acercamos a esas fechas en que la paz y el amor tienen que inundar nuestro corazón y debemos demostrarlo con actos generosos y piadosos.
Pues bien, unos señores ingenieros, después de entriparse una mariscada de tres pares, con cajas y cajas de vino (es la única explicación lógica que se me ocurre), durante la sobremesa se pusieron a discutir si los mariscos sufrían durante el momento de su cocción.
Habiendo sacado sus conclusiones y tras meses de duro trabajo lograron diseñar y construir este curioso y piadoso invento que os presento: el «CrustaStun».
Este peculiar aparatito diabólico, que haría las delicias del mismísimo Torquemada, permite matar a los crustáceos, de una manera tan piadosa como es la electrocución, para que no sufran en el momento de la cocción.
Se mete el bicho vivo, se le da una descarga de 110 voltios y entre 2 y 5 amperios, para dejarles inconscientes y luego se mantiene la corriente durante unos segundos para matarlos del todo, lo que evitará que sufran en la olla. 😉
Un saludo