Hace unos días, estaba yo navegando por la red a todo trapo, viento en popa y sin rumbo fijo, cuando de repente topé con la foto que os nuestro, y tanto me llamó la atención que me dispuse a investigar un poco sobre el tema, para ver si la habían hecho para llamar la atención o detrás de ella había una historia que mereciese la pena contar.
Sin necesidad de buscar con mucho ahínco, me encontré con la historia que estaba buscando y que os traigo hoy.
La región de Nanjing en China es famosa por sus melocotones, considerados los más sabrosos del planeta y por su industria textil, así que un buen día, un frutero de esta región, para publicitar su producto tuvo la feliz idea de ponerle bragas a los melocotones que vendía, encargó el diseño y confección de las prendas a un conocido y como se dice en mi tierra, «triunfó como las amapolas».
Tal fue el éxito de esta peculiar campaña publicitaria, que pronto otros muchos fruteros se apuntaron a esta moda (es lo que tienen los chinos, que cosa que ven, cosa que copian…), llegando a convertirse en uno de los productos estrella durante el Festival Qixi, también conocido como el Festival del Séptimo Doble ya que cae el séptimo día del séptimo mes del calendario chino. Vamos, el San Valentín chino.
En la actualidad hay algunas webs que los venden, y si alguno se está planteando comprar una caja para quedar como un señor, que tenga en cuenta que es muy probable que tenga que saber chino para entender lo que pone en la web y mucha sangre fría para decidirse a pagar los 80 dólares que cuesta la caja de nueve melocotones y no es de extrañar que con estos precios, más de uno este pensando que en vez de comérselos sería más lógico mantener relaciones con ellos.
Tanto la historia historia como el producto en sí me resultan muy curiosos y originales, pero pagaría por saber lo que se le pasó al frutero por la cabeza, porque es fácil pensar en frases del estilo de «suave como el cultivo de un bebe», pero tendría que haberles puesto pañales, pero ¿con bragas?… vamos que si nos dejamos llevar por las «gracietillas», podríamos pensar en frases como «melocotones con sabor a pescado» o «no te comas estos melocotones que les duele la cabeza», pero mejor no venirse arriba que luego vienen las críticas.
Y dicho esto, ¿aún hay alguien que dude que comprar fruta no puede ser sexy?
Vía: NPC