Con estas manitas y mi dobladora…

Según los últimos estudios, se ha descubierto que más o menos desde que el mundo es mundo, ha habido discusiones del palo «¡no has bajado la tapa del váter después de mear!» (quien dice tapa dice menhir) o «¡¿tanto te cuesta quitar los pelos de la bañera?!».

Estimados compañeros, tenemos malas noticias:

  1. Ellas tienen razón. Os guste o no, hay que hacer algo en casa que no sea ver deportes y soplar birra.
  2. Dormir en el sofá no es una decisión vuestra, aunque el arrebato os haya quedado cantidad de varonil.
  3. ¿Qué no sabéis?, ¡Os jodéis y aprendéis!.

Lo sabemos, lo sabemos… es muy duro y por esa razón, nuestro equipo de investigación se ha roto los cuernos para traeros un curso de aprendizaje bien sencillo, para doblar camisetas.

Como también somos conscientes de que no todos tenemos las mismas habilidades ni nos damos la misma maña, después del «Sigue leyendo» os traemos otro método, con maquinita de sencilla construcción y manejo, para no tener excusa.

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